Las recetas de garbanzos que mejor funcionan

¿También dejas los garbanzos como último recurso? Yo lo he hecho durante muchos años, pero, a base de ensayo y error, he conseguido implementar algunas recetas que no solo he incorporado en mis elaboraciones habituales, sino que ahora preparo incluso cuando tengo invitados. Hoy comparto contigo estas ideas que transformaron mi relación con los garbanzos y que, si también te cuesta incluirlos en tu dieta, podrían hacer el mismo milagro en tu cocina ¿Te animas a probar?.

Puchero a mi manera

Empezamos con los básicos. Esta es una de mis formas favoritas de incorporar esta legumbre. Fácil, rápido, y salen unas cantidades bestiales para congelar.

El puchero, en mi casa se ha hecho y se hace de la siguiente manera:

  1. En una olla con agua se añade un hueso de jamón, una costilla de cerdo, un cuarto trasero de pollo, un puerro, dos ramas de apio, tres zanahorias y un nabo, si tienes por ahí.
  2. Una vez que el agua haya empezado a hervir, se incorporan los garbanzos que estaban en remojo (unos 200-300 g en seco).
  3. Se va desespumando, para que el caldo quede más bonito y evitar amargores, y, después, se cierra la tapa si usas olla exprés (en torno a 30 minutos) y, si no, se baja el fuego y se deja unas 2 horas comprobando el punto de los garbanzos.

Si quieres, una vez que pase el tiempo, puedes retirar los garbanzos y el líquido, e incorporar más agua para hacer un caldo, que no tendrá tanto sabor, pero mezclado con el primero, quedará muy bueno, y… ¡gratis!

Para reducir la carne, he hecho pruebas sustituyéndola por champiñones portobello y setas shiitake, además de una cucharadita de marmite. Queda rico, pero es otra cosa.

Potaje de vigilia

Potaje de vigilia

Seguimos con otro clásico que muchas veces queda en el olvido y hay que recuperar. Se empleaba tradicionalmente para evitar comer carne en la época de cuaresma, pero está tan rico que creo que su calendario puede y debe ampliarse. El proceso es sencillo:

  1. Se incorpora a una olla con agua 5 dientes de ajo, media cebolla, un pimiento choricero seco, una hoja de laurel y, cuando hierva, los garbanzos.
  2. Desmenuzar 150-200g de bacalao, y 400g de espinacas o acelgas (yo prefiero las primeras, que tienen un sabor más suave) y reservar.
  3. Por otro lado, se fríe con poco aceite un par de dientes de ajo laminados y un trozo de pan. En un mortero o en una batidora se tritura esto, con un poco de azafrán y una yema de huevo cocida.
  4. Una vez blandos los garbanzos, retirar las verduras del caldo e incorporar los ingredientes reservados y lo triturado. Dejar cocer 5 minutos más con la clara del huevo y listo.
  5. Si quieres, puedes guardar un poco de espinacas para picarlas finas en el último momento e incorporarlas por encima, para aportar un toque crujiente.

Garbanzos con curry y coco

Vamos con algo más rápido, esta receta de Melissa Clark es nuestro salvavidas de abrir latas y mezclar todo. Es nuestra comida rápida por excelencia. Yo te planteo aquí el proceso más rápido, pero, si tienes tiempo, puedes hacer tú mismo/a la crema de calabaza o cocer los garbanzos desde cero.

  1. En una sartén con un poco de aceite y a fuego medio, pon una cebolla picada, un par de rodajas de jalapeño (opcional) y una hoja de laurel. Cocina hasta que la cebolla esté blandita e incorpora cuatro ajos y un trozo de jengibre picados o rallados.
  2. Añade curry, garam masala o la mezcla de especias que tengas por ahí. Si no, también te valdría cúrcuma y comino. Remueve rápidamente en este paso, que se quema.
  3. Añade los garbanzos de bote escurridos, con una lata de leche de coco y un tetra brik de crema de calabaza, y deja cocinar unos 10 minutos.
  4. Sirve esto sobre una cama de arroz blanco o cuscús y acaba con un chorreón de lima o limón y cilantro, perejil o hierbabuena picada. ¡Para chuparse los dedos!

Guacamole casero con garbanzos

guacamole con garbanzos

Esta ha sido la última incorporación exitosa. Tenía dos aguacates en su punto, y cambié el planteamiento de cena para poder incorporarlos y el resultado llegó para quedarse. La idea es:

  1. Pica dos aguacates, tres tomates y media cebolla morada (esta última muy fina).
  2. Añadir el zumo de medio limón y, si no eres de los que te sabe a jabón el cilantro, pues unas cuantas ramitas.
  3. Remueve, e incorpora unos 200g de garbanzos.

De esta forma se obtiene una comida muy completa, sana y nutritiva, que puede comerse tal cual, como relleno de una fajita o incorporando algo de lechuga para alargarla un poco y dejarla como ensalada. También se me ocurre que puede funcionar perfectamente como relleno de saam (envolver en hojas de lechuga o cogollos para una presentación más elegante).

Garbanzos «Exuberancia»

Un pan tostado cubierto de garbanzos con pimientos y un huevo a la plancha encima. Esto es, básicamente, lo que propone Ottolenghi en su libro Exuberancia. Hemos hecho varias veces la receta y la he simplificado y adaptado, y yo creo que hemos llegado a una elaboración interesante, con un sabor agradable y original. Te cuento:

  1. Pasa por una sartén una cebolla y tres pimientos rojos cortados por la mitad. Deja que se tuesten bien por la superficie, para aportar matices de sabor. Incorpora más tarde tres dientes de ajo y márcalos más ligeramente, que si no amargan.
  2. Introduce lo anterior en una olla y cuece junto con garbanzos en remojo (ya sabes, los garbanzos se incorporan cuando tengas el agua hirviendo). Añade un par de cucharadas de concentrado de tomate.
  3. Retira las verduras y tritura con un poco del caldo (o retira los garbanzos y tritura lo demás). Debe quedar un caldito espeso, si no es así, reduce un poco más al fuego.
  4. Cuando vayas a servirlo, tuesta unas buenas rebanadas de pan, plántalas en el centro del plato y cubre con el guiso. Incluye encima un huevo a la plancha o mollet (cocido durante 6 minutos para que la yema se mantenga líquida). ¡Y disfruta del chorreo!

Wok de garbanzos

Salteado de garbanzos con col y otras verduras

Tener salteadas verduras en un tupper para mezclarlas con unos garbanzos escurridos cuando lo necesites es mejor idea de lo que parece a simple vista. Mi elección favorita es esta:

  1. Corta col fina, zanahoria en bastones, juliana o rallada según la prisa, y alguna verdura más que tengas por ahí (calabacín, nabo, coliflor…).
  2. Saltea todo, primero a temperatura alta, y, si te gusta más blandita, terminar con una temperatura más baja y el agua que suelta la propia verdura servirá para que se cueza un poco.
  3. Esto aguanta muy bien en la nevera, y con un calentón, un poco de orégano y los garbanzos, tienes un platazo que merece la pena repetir.

Humus

hummus de garbanzos variados

La receta base sería:

  1. Introducir en una batidora unos 400 g de garbanzos cocidos y escurridos (pueden ser de bote), un chorrito de limón, dos cucharadas de pasta de sésamo tostado (tahini), una cucharadita de comino molido y dos cucharadas de aceite de oliva.
  2. Sólo queda batirlo todo y añadir más agua (fría mejor) si está muy espeso o más aceite si está grumoso.

Para dar distintos toques, puedes probar a añadir un diente de ajo, que le aporta bastante sabor y un puntito de picor. Un punto de pimentón también le da un toque muy rico, y, para el verano, 200 g de remolacha cocida lo refresca y aporta mucho color a la mesa. En este último caso, combina especialmente bien con unas hierbas picadas de menta. Otro color muy llamativo se consigue añadiendo 120 g de pimiento morrón asado.

Falafel

El día que remojo garbanzos, siempre dejo un buen puñado para esta elaboración, que es la forma más sencilla de comer garbanzos que no sean de bote:

  1. Hidrata unos garbanzos (200 g aprox) entre 12 y 24 horas.
  2. Escurre esos garbanzos y añádelos a una batidora junto con los ingredientes que te apetezcan, los habituales son una cebolla morada, tres dientes de ajo y perejil. De especias suele llevar comino, aunque admite todo tipo de mejunjes, por ejemplo, en mi casa, tiene mucho éxito con hierbas provenzales o con el mix de fajitas del Aldi.
  3. Tritura todo de forma irregular, nos interesa que haya parte muy pasada, y algunos trozos de garbanzos más grandes, para que quede más crujiente.
  4. Deja reposar unos 10 minutos, haz bolitas en una bandeja y congela (o cocina directamente)
  5. Una vez que están congeladas, se pueden meter en bolsas tipo zip y ocupan mucho menos.
  6. Cuando vayas a usarlas, mételas en el horno a 200ºC durante 30 minutos o en la air fryer a 180º por 25 minutos.

Se pueden tomar como albóndigas si las cubres con salsa y acompañas de arroz, como parte de fajitas o como picoteo con algún tzatziki. Puede que te queden un poco secas al principio, eso es porque estaban poco trituradas y/o muy cocinadas, cuando pasa eso, mejor emplearlas con salsa de tomate que en fajitas.

Garbanzos con arroz, berenjenas, albaricoque y piñones

Y por último, mi próxima receta a probar, pero tiene tan buena pinta y estoy tan contento de haberla encontrado, que te la tenía que compartir. La encontré en el libro de Nikki Segnit Cocina lateral, que me regaló un gran amigo, y estoy buscando el momento de cocinarla… ¡te aviso cuando la tenga!

Ahora venga, suéltalo, ¿Qué receta tienes tú que pienses que debería incluir? Anda, no te la quedes para ti, que aunque tenga unas pocas de ideas, ¡siempre hay hueco para una más! Anímate y déjamela en comentarios. Yo me quedo por aquí, pensando en el tema de la siguiente entrega, que con esta me he quedado agotado.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *